La Rendición


Yo me tiraría al piso
y dejaría a mi cuerpo
fundirse con el suelo.

Derretirse gota a gota,
diluirse
como una cápsula efervescente
pulverizada por el aire que respiro.

Aire sin vos.
Aire solo.
Aire sin alma.
Sin cielo ni horizonte.
Sin pies en la arena,
ni cabeza en la luna,
ni en alguna parte
donde la risa rompa
el suspiro que pesa.

Me recostaría y dejaría
a la tierra cubrirme.
Buscaría r
efugio en su corazón
para acunar 
dulcemente 
el mío.

Ya lo dije todo.
Ya lo pedí todo.
Ya lo tuve todo.

Ya lo traduje
a otros idiomas.
Hasta el cuerpo lo gritó.
Ya quedé exhausta en la orilla 
rompiéndome en las olas
con la ilusión a toda vela
cada vez.

Sólo me queda
disolverme
y dejar que el aire salga
lento
del cuerpo
y se lleve con él
este dolor que no cesa
si respiro.

Yo me rendiría de una vez.
Dejaría de erguirme vertical.

Me entregaría
para que se haga conmigo
lo que sea menester.

Porque yo
no debo
no puedo
no quiero
no deseo

resistir
me
más.




©Silvia Iglesias

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