A la cuenta de tres



Parece que remar está bien visto.
Que los que remamos somos personas trabajadoras, esforzadas, buenaonda, optimistas; tanto nos entusiasmamos que muchas veces nos olvidamos de que estamos remando, y hacemos de eso un estilo de vida.

Y siempre tenemos en nuestros imaginarios los remos en mano, la corriente del río para remontar y un mar perfecto y lejano al que llegar un día, felices y exhaustos.

A remarla! y un brillo de admiración aparece en los ojos de alguien, justo para reflejar nuestro mejor perfil. Y allá vamos, con el traje antiflama, en el medio del mar.

No se habla de otros planes.

No ha lugar.

Se continúa.

Eso es lo que nos enseñaron y eso es lo que aprendimos.

Así funciona, nos dijeron. 

O acaso nos hablaron de otro camino, de otro río, de otra forma de llegar al mar?

Vinimos a "hacer la América". Y eso no se hace de la noche a la mañana. Generaciones enteras, legiones completas de remeros incansables nos preceden. Así se vive, nos dijeron.

Por qué íbamos a atisbar otras maneras? Todos bajo el mismo hechizo.
Una hipnosis colectiva. Cómo despertar del sueño?

Esa creencia de que hay un conflicto que superar, un problema que resolver, una América que hacer, una otra vida que construir, un lugar del que escapar, hambre que saciar, un otro que derrotar en defensa propia, una idea por la que luchar, salvar el pellejo y a la humanidad, vivir alimentando las palabras lucha, combate, ganar, perder, amigos, enemigos, late en nuestro ADN.

Y la parodia de eso mismo la tenemos a diario en el formato clásico de la ficción que consumimos desde el cine, la tv, los libros, las mini-historias: los protagonistas se proponen algo al inicio, surgen los opositores y toda clase de obstáculos que posibilitan la trama. Luego, se desata el nudo, y llega el final. El imaginario colectivo de la humanidad está conformado por esa simple base narrativa. Es una mímesis de la realidad. Por qué íbamos a pensar distinto si siempre nos contaron lo mismo?

Si se me está ocurriendo ahora es porque muchos más lo están sintiendo en este momento.
Y si chasqueo los dedos para romper el hechizo?
Y si la vida no es sólo esfuerzo- superación- logro - lucha - premio- nudo – resolución - nuevo conflicto - más desvelo y así sucesivamente?
Y si cambio esa imagen de remadora sudorosa y esforzada que está en mi memoria genética por otra más placentera y amigable?

Si lo intento, continúo remando, ahora al revés?

1, 2, 3!!
Suelto remos, ya! 

Hecho.
Ahora fluyo con la corriente.


©Silvia Iglesias

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