Sos la primera
Sos la primera.
Había comprado tu libro para regalárselo a mi hermana, como
por instinto, sin saber muy bien de qué se trataba, sintiendo que ella lo necesitaba. Un par de años
después, el libro volvió, no recuerdo bien cómo, impoluto, sin abrir. Lo
reconocí por la dedicatoria. Y ahí supe que lo había comprado para mí.
Empecé a leerlo y fue como si un rayo abriera mi
entendimiento. Aparecían recuerdos de algo que había olvidado. Recuperaba una
memoria perdida quién sabe hacía cuánto tiempo.
Te amé en cada palabra que traías iluminada.
Recordé.
Lloré tantas veces abrazada a tu voz, yendo con la mirada, del
libro a mi vida, sin entender.
Te creí.
Seguí, aunque no comprendía bien, las afirmaciones, los
audios, tu historia de vida, cada centímetro de vos que pudiera alumbrarme.
Persistí aún cuando nada parecía estar funcionando, cuando
todo era un desastre, algo en mí decía “All is well” y sabía que debía continuar.
Leía con fruición una y otra vez cada párrafo, subrayaba,
resaltaba, repetía. El libro estaba separado hoja por hoja. Fue tiempo después
que descubrí realmente el capítulo 15 “La Lista”, y la hice mi Biblia.
Vos sos la primera en mi vida. Abriste el camino. Después
vinieron los otros. Trayendo tus mismas palabras en otros formatos y lenguajes.
Hace unos dos años atrás quise entrevistarte. Llamé a San
Diego, California, en la grabadora estaba tu saludo, el maravilloso All is well,- frase que encabeza este blog - dicho por vos, estirando mucho el sonido “All” al inicio, con esa voz de “ábrete
sésamo”. Luego
alguien me atendió y explicó que ya no hablabas con la prensa, que estabas
cuidando de tu jardín, tranquila, y que tomabas clases de piano porque siempre
había que aprender algo nuevo, dijeron que decías. Yo estaba a dispuesta a
viajar “from Patagonia Argentina” explicaba en un inglés balbuceante.
Es verdad, hubiera querido conocerte y entrevistarte.
En realidad, lo hice.
Mil y una vez dialogué con vos, te preguntaba, te
repreguntaba, te pedía explicaciones, aclaraciones, te cuestionaba en cada
palabra de ese mágico libro y de los que vinieron después.
Y en ese encuentro hubo mucho más que una entrevista: vos me
traías consuelo, esperanza, fe, entendimiento, amor, paz. Vos me traías a la
vida, de nuevo.
Gracias, Louise Hay, por ser la primera en mi vida que me
despertó y dijo que, claramente, hay “otro modo de ver esto”.
©Silvia Iglesias
Que linda nota, tb amo a Louis y nunca deja de enseñarme!😍😍😍
ResponderEliminarGracias!! Gracias Louise, por siempre. All is Well.
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